La educación en salud vive cambios profundos. El uso de tecnologías avanzadas para simular entornos clínicos de alta, media y baja fidelidad ha permitido que los estudiantes apliquen sus conocimientos en ambientes controlados que replican la complejidad del mundo real. Cuando esta metodología se articula con la cognición situada, entendida como la capacidad de aprender en contextos auténticos (Muñoz & Sierra, 2025), los resultados académicos y humanos muestran una mejora notable.
¿Qué es la simulación clínica y cómo se conecta con la cognición situada?
La simulación clínica usa tecnología, guiones y evaluación por competencias para recrear situaciones asistenciales (desde procedimientos básicos hasta emergencias). La cognición situadasostiene que el aprendizaje es más efectivo cuando tiene lugar en condiciones similares a las que enfrentará el profesional.
Al unir ambos enfoques, el estudiante desarrolla competencias técnicas y habilidades críticas como la toma de decisiones, el manejo de la incertidumbre y el trabajo colaborativo (Meneses Castaño, Jiménez Becerra & Penagos Gómez, 2023). Además, fortalece competencias humanas que se desarrollan en situaciones que requieren respuestas integrales y éticas (Flores Fiallos, 2024), entre ellas:
- La empatía
- La comunicación efectiva
- El trabajo en equipo
Por lo anterior, es urgente promover reformas curriculares que integren de manera efectiva la simulación clínica en los programas de formación en salud. Este paso es clave para diseñar políticas educativas innovadoras que utilicen tecnologías avanzadas en la formación de profesionales en salud, especialmente en países como Colombia, donde los desafíos estructurales requieren soluciones creativas y contextualizadas (Meneses Castaño, 2024).
Puente entre teoría y práctica
La combinación de simulación clínica con escenarios experienciales aporta de manera significativa al aprendizaje situado. Los estudiantes que participan en simulaciones logran trasladar lo aprendido a contextos clínicos reales, acelerando la curva de aprendizaje sin poner en riesgo a pacientes y evidenciando el desarrollo de la cognición situada (Meneses Castaño et al., 2023).
Niveles de fidelidad
Los niveles de fidelidad en la simulación clínica influyen de manera distinta en el desarrollo de habilidades. Los escenarios de alta fidelidad tienen un impacto más fuerte en la preparación para enfrentar situaciones complejas, mientras que los de media y baja fidelidad son efectivos para el desarrollo de competencias básicas (Coro Montanet et al., 2020).
Retos de implementación y formas de abordarlos
A pesar de la efectividad de la simulación clínica, existen diferencias socioeconómicas y culturales que afectan su adopción. En Colombia, por ejemplo, las limitaciones financieras y estructurales dificultan la implementación equitativa de estas tecnologías educativas, afectada por factores como el alto costo de los simuladores y la necesidad de capacitación docente.
En consecuencia, es necesario discutir cómo las instituciones educativas pueden superar las brechas de acceso para garantizar una formación de calidad para todos los estudiantes (Meneses Castaño, 2024).
Estas reflexiones abren líneas para futuras investigaciones sobre el uso de la simulación clínica en otros campos de la salud. Es fundamental explorar cómo este enfoque puede integrarse más profundamente en los programas curriculares y cómo contribuye al desarrollo de competencias no técnicas, como la inteligencia emocional y el manejo de situaciones de alta presión (Flores Fiallos, 2024).
Las TIC y el desarrollo de capacidades humanas en salud
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en salud. Esto implica comprender las dinámicas de interacción entre tecnología, aprendizaje y contexto, facilitando un aprendizaje más contextualizado y relevante.
Las relaciones entre el conocimiento contextual, el aprendizaje experiencial y las habilidades clínicas están bien delineadas en los escenarios de simulación clínica. Es fundamental que estas experiencias se integren con el desarrollo de la cognición situada, para que el estudiante logre un aprendizaje auténtico y significativo, desarrollado progresivamente a lo largo de su formación (Coro Montanet et al., 2020).
Conclusión: un futuro con más innovación educativa
En resumen, la simulación clínica enfocada en la cognición situada puede generar resultados significativos en el desarrollo de competencias técnicas y humanas. La empatía, como cualidad esencial del profesional en salud, se fortalece en estos escenarios, diferenciando al ser humano de la tecnología. En tiempos donde la empatía es más necesaria que nunca, la simulación clínica se presenta como una herramienta poderosa para formar profesionales íntegros y comprometidos con el cuidado de los demás (Meneses Castaño et al., 2023).
Escrito por:
Cyndi Yacira Meneses Castaño
Profesora investigadora de la ECR